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17 de noviembre de 2022Para un profesional los mecanismos de protección contra el dolor o de euforia por el acierto, no deben producirse
La pasada semana el índice Nasdaq Composite subió un 8,10%, siendo el alza porcentual semanal más importante desde el pasado mes de marzo. El S&P 500 un 5,90%. El Dow Jones un 4,15%. Pero el S&P 500 acumula unas pérdidas anuales en torno al 16% (Fuente Investing.com). Más datos. En un sólo día el mismo índice S&P500 cayó un 9,51% el 12 de marzo de 2020. Antes, el año de la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008, fue casi del -40%.
La información emitida por el mercado sea ascendente o descendente, puede ser tan gratificante o dolorosa como el disfrute de un placer o el golpe provocado por un objeto. Cada uno definirá, interpretará y en consecuencia sentirá la información a la que está expuesto de una manera completamente personal. Sin interpretación de la información no existiría un sentir de los efectos potenciales.
Es humano que cuando esperamos tener razón, cualquier información que no confirme nuestra versión de la interpretación que se ha hecho, pasa automáticamente a ser una amenaza. También lo contrario. La euforia que expresamos con << Te lo dije. El S&P iba a rebotar. Estaba clarísimo>>. Tanto la amenaza como la euforia son errores y sesgos que un profesional jamás debe cometer. Seguramente, las subidas de la semana pasada se pueden explicar por la interpretación de un buen dato de inflación en los Estados Unidos, de los resultados en sus elecciones que, en caso de confirmarse, limitaría incrementar el gasto público y el derrumbe de la cotización del Bitcoin junto con la quiebra de una de sus más importantes plataformas.
En Twitter hubo mucha actividad de interpretaciones y de razones por las cuales las bolsas americanas, especialmente, rebotaron la semana pasada. Interpretaciones de expertos que persiguen conseguir credibilidad para su audiencia. Matemáticamente, existe un mejor sistema si el objetivo es transmitir certeza a un público determinado sobre la evolución de un índice o una cotización de una acción. Se trata de elegir una población grande y dividir la comunicación en dos grupos. Al primero se les dice que el índice subirá y al segundo que bajará. Tras conocer el resultado, volver a dividir el colectivo con quien se acertó, para repetir el proceso tantas veces como se considere que tener razón es acertar cinco seis o ene veces consecutivas.
Para un profesional los mecanismos de protección contra el dolor o de euforia por el acierto, no deben producirse. La razón es sencilla. Debemos valorar la información del mercado en términos de señales y oportunidades. Sólo así evitamos la dicotomía de interpretar que el mercado hace lo que no queremos o lo que esperamos. Ser estrictos con las reglas y las políticas de inversión y eliminar o al menos ser muy flexibles con las expectativas, son el secreto de un buen asesoramiento profesional.
Jaume Quibus
El actuario y economista Jaume Quibus es DEA de economía financiera y contabilidad, Licenciado en Ciencias Actuariales y Financieras , Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona y PDD en IESE-Universidad de Navarra. Miembro titular de las siguientes asociaciones: Instituto de Actuarios Españoles, Col·legi d´Actuaris de Catalunya, Col·legi d'economistes de Catalunya, International Actuarial Association, Associació Catalana de Comptabilidad i Direcció y también del Alumni de IESE. Socio fundador en 1998 de la sociedad profesional actuarial Quibus, miembro titular con el número 6 de sociedades en el Col.legi d'Actuaris de Catalunya.