Según la noticia en prensa, en concreto en Expansión, sobre el Informe de una consultora en recursos humanos que, además, proporciona y gestiona beneficios sociales para las empresas, los trabajadores españoles se comprometen principalmente con sus empresas por continuar cobrando su sueldo.
Los españoles no sólo son muy conservadores con sus ahorros, sino también con sus carreras profesionales. Seguramente la mayoría continuaría prefiriendo una empresa para toda su vida laboral. Todo tiene un precio y las preferencias de los trabajadores españoles también.
No es de extrañar, entonces, que sólo el 15% de los trabajadores considera que el sueldo que percibe se ajusta a sus tareas. Asimismo, dentro del componente retributivo, únicamente el 23% de los empleados reconoce que los beneficios sociales son una buena razón para seguir trabajando en la misma empresa. Lo que es peor, saber que sólo el 15% de esos beneficios sociales se ajustan a sus necesidades. Muchas cosas deben estar fallando en la labor de comercializar planes de pensiones de empleo, seguros colectivos de salud, de vida-riesgo, vales de tiques restaurante y otros, para constatar el escaso valor que le dan los trabajadores.
El estatus continúa siendo relevante, y los empleados prefieren trabajar para grandes compañías con prestigio que hacerlo en empresas más pequeñas. Quizás el factor beneficios sociales está más desarrollado en las grandes que en las pequeñas, pero ya hemos visto que no es determinante ni mucho menos. Todavía a nivel directivo se prefiere el coche empresa que su compensación mometaria en fondos para la jubilación.
La seguridad en el puesto de trabajo, a pesar de no estar bien retribuido, pretender coche de empresa y renombre de esta podría definir el perfil medio de los trabajadores españoles.
¿Es causa o consecuencia del modelo empresarial español? mi opinión es que no es simplemente una respuesta pasiva a las ofertas del mercado laboral, sino una realidad de una poderosa causa que modela el entorno empresarial español. Las empresas, conscientes de estas preferencias, pueden optar por enfocarse en ofrecer seguridad y prestigio, en vez de invertir en beneficios sociales más personalizados o en esquemas de compensación más equitativos. Aquellos trabajadores y directivos privilegiados con preferencias y expectativas más ambiciosas son los grandes beneficiados.
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El actuario y economista Jaume Quibus es DEA de economía financiera y contabilidad, Licenciado en Ciencias Actuariales y Financieras , Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona y PDD en IESE-Universidad de Navarra. Miembro titular de las siguientes asociaciones: Instituto de Actuarios Españoles, Col·legi d´Actuaris de Catalunya, Col·legi d'economistes de Catalunya, International Actuarial Association, Associació Catalana de Comptabilidad i Direcció y también del Alumni de IESE. Socio fundador en 1998 de la sociedad profesional actuarial Quibus, miembro titular con el número 6 de sociedades en el Col.legi d'Actuaris de Catalunya.