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29/01/2025¿Qué es el tipo de interés?
El tipo de interés, en su esencia, refleja el coste del dinero en el tiempo. En términos financieros, la tasa de interés sin riesgo, como la del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años, se utiliza para calcular la tasa de descuento, una métrica que permite conocer cuánto vale en el presente un dinero que se espera recibir en el futuro.
Por ejemplo, si un inversionista espera obtener $1,000 dentro de un año y la tasa de descuento actual es del 5%, el valor presente de ese dinero sería:
Esto significa que recibir $1,000 en un año tiene un valor actual de $952.38, asumiendo un tipo de interés del 5%. Este cálculo es crucial en los mercados financieros, ya que las expectativas de crecimiento futuro de empresas y economías se valoran en función de tasas como la del bono del Tesoro. Cuando el rendimiento del bono sube, el valor presente de los flujos de caja futuros disminuye, afectando negativamente a los precios de los activos financieros.
En este contexto, el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años ha alcanzado recientemente el 4,7%, una señal de que el coste del dinero está subiendo de forma sostenida, con importantes implicaciones para los mercados globales.
La tendencia actual
El rendimiento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años, un barómetro clave para los mercados financieros globales, se encuentra en una peligrosa trayectoria ascendente hacia el 5%.
Este nivel, no alcanzado desde 2023, ha reavivado temores en Wall Street, donde las subidas abruptas en los rendimientos de bonos han sido preludio de crisis bursátiles.
En las últimas semanas, el rendimiento del bono ha alcanzado el 4,7%, tras un aumento constante desde mediados de septiembre. Este comportamiento recuerda los episodios de 2022 y 2023, cuando las alzas en los rendimientos desencadenaron caídas significativas en los mercados de renta variable. La historia advierte: las acciones tecnológicas, muy dependientes de valoraciones basadas en expectativas futuras, son las más vulnerables en este escenario.
La conexión entre los rendimientos del bono del Tesoro y las acciones es fundamental. Los bonos, considerados una inversión libre de riesgo, sirven como base para calcular la tasa de descuento, una métrica clave para valorar los flujos de efectivo futuros de las empresas.
Un aumento en los rendimientos reduce el valor presente de esos flujos, afectando especialmente a sectores como el tecnológico, que basa su crecimiento en expectativas a largo plazo.
Además, las correlaciones entre bonos y acciones han vuelto a ser negativas, lo que agrava el riesgo para los inversores. Según estrategas de Goldman Sachs, si los rendimientos continúan al alza sin un respaldo sólido en datos económicos, podríamos enfrentarnos a una corrección en los mercados de renta variable.
La postura de la Fed y las expectativas económicas
La Reserva Federal, consciente de la fortaleza económica y de la persistencia de riesgos inflacionarios, ha adoptado una postura cautelosa respecto a los recortes de tasas de interés.
Aunque inicialmente el mercado anticipaba hasta siete recortes para 2025, ahora apenas se descuentan dos, con el primero proyectado para junio.
Este ajuste refleja un cambio en las expectativas de los inversores, quienes observan un crecimiento sólido de la demanda y una resistencia inesperada del mercado laboral. Sin señales claras de una desaceleración económica, la Fed parece inclinada a mantener una política monetaria restrictiva, lo que contribuye al incremento en los rendimientos de los bonos.
El debate sobre hasta dónde podría llegar el rendimiento del bono del Tesoro sigue abierto. Algunos analistas proyectan un aumento hasta el 5,5% para finales de 2025, e incluso el 6% se considera plausible en caso de persistir las presiones inflacionarias.
Este panorama plantea desafíos considerables para los inversores, especialmente aquellos expuestos a activos de mayor riesgo.
Sin embargo, no todo es pesimismo. Según algunos estrategas, los mayores rendimientos podrían representar una oportunidad para movilizar capital inactivo hacia inversiones más seguras.
En este contexto, la diversificación y una evaluación cuidadosa de los riesgos serán fundamentales para navegar este entorno incierto.
El impacto en las pensiones futuras
El ascenso del bono del Tesoro al 5% no solo representa un desafío para los mercados financieros, sino que también tiene importantes implicaciones desde un punto de vista actuarial, especialmente en el ámbito de las pensiones.
La tasa de descuento utilizada para valorar las obligaciones futuras de los sistemas de pensiones está directamente influenciada por los rendimientos de los bonos soberanos.
Un aumento en las tasas de interés puede tener efectos duales:
- Reducción del valor presente de las obligaciones: Para los fondos de pensiones, una mayor tasa de descuento reduce el valor actual de los pagos futuros que deben realizarse a los jubilados. Esto, en principio, mejora la posición financiera de los planes de pensiones definidos, especialmente en aquellos que enfrentan déficits actuariales.
- Impacto en la rentabilidad de las inversiones: Sin embargo, el entorno de rendimientos crecientes también puede generar pérdidas en los activos de renta fija existentes, lo que afectaría negativamente a los fondos de pensiones con carteras de bonos adquiridos a tasas más bajas. Además, la volatilidad en los mercados de renta variable, que tradicionalmente complementan las carteras de inversión, puede erosionar aún más el capital destinado a las pensiones.
En términos prácticos, esto podría traducirse en ajustes a las políticas de aportaciones y beneficios. Por ejemplo, los planes privados podrían aprovechar el incremento de los rendimientos para buscar mejores retornos a largo plazo, pero los jubilados futuros podrían enfrentarse a restricciones si la volatilidad de los activos financieros persiste.
Desde un enfoque actuarial, es fundamental realizar un seguimiento continuo del impacto de estos cambios en las tasas de descuento y los rendimientos de los activos, ajustando las proyecciones y las estrategias de inversión para asegurar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones a largo plazo.

Jaume Quibus
The actuary and economist Jaume Quibus holds a master’s degree in Financial Economics and Accounting, a degree in Actuarial and Financial Sciences, a degree in Economic and Business Studies from the University of Barcelona and has completed the Management Development Programme at the IESE Business School of the University of Navarra. He is a full member of the following associations: the Catalan Actuarial Association, the Spanish Actuarial Association, the Catalan Economists Association, the International Actuarial Association, the Catalan Association of Accounting and Management and also a member of the IESE Business School Alumni. He was a founding partner in 1998 of the actuarial company Quibus, and is corporate member number 6 in the Catalan Actuarial Association.