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22/10/2024Hace un tiempo, ya hablé el caso de MasOrange, la nueva entidad nacida de la fusión entre Orange y MásMóvil, en un artículo anterior donde analizaba el anuncio de su Expediente de Regulación de Empleo (ERE) voluntario: https://www.linkedin.com/pulse/masorange-y-el-ciclo-de-despidos-en-sector-una-tendencia-jaume-quibus-vuicf/.
En esa ocasión, planteé los efectos que este tipo de procesos tiene en el sector de telecomunicaciones y en la previsión social de los empleados. Desde entonces, la situación ha evolucionado, y hoy abordaremos los nuevos detalles del ERE y su impacto, con un enfoque desde la perspectiva actuarial.
El sector de las telecomunicaciones en España ha experimentado en 2024 un ciclo de despidos masivos sin precedentes. Empresas como Telefónica, Avatel y Vodafone (bajo el control de Zegona – https://www.linkedin.com/pulse/zegona-y-el-desaf%25C3%25ADo-del-ere-en-vodafone-espa%25C3%25B1a-jaume-quibus-h4ivf/ ) se han sumado a esta tendencia, reduciendo su plantilla en miles de empleados.
MasOrange, que inicialmente anunció la posible salida de 795 trabajadores, ha ajustado su ERE, reduciendo la cifra a 650 empleados, con mejoras en las indemnizaciones y el plan de prejubilaciones. Este escenario no solo refleja la creciente presión por optimizar costes, sino también la incertidumbre que trae la automatización y la inteligencia artificial.
Un análisis actuarial del ERE de MasOrange
Desde una perspectiva actuarial, el ERE de MasOrange presenta varios elementos relevantes que merecen análisis. En su propuesta final, la empresa ha elevado las indemnizaciones, situándolas entre 47 y 34 días por año trabajado para los empleados que opten por la salida voluntaria, y entre 45 y 33 días para las salidas forzosas, con un tope de 24 mensualidades.
Además, la indemnización máxima ha aumentado a 300.000 euros, frente a los 250.000 euros iniciales. Estos cambios buscan no solo ajustarse a las expectativas de los sindicatos y trabajadores, sino también asegurar una mayor viabilidad financiera para la empresa.
En cuanto a las prejubilaciones, MasOrange ha reducido la edad de acceso al plan a 56 años (frente a los 57 años anteriores), con una renta equivalente al 80% del salario regulador.
Este tipo de medidas son comunes en procesos de reestructuración, donde las prejubilaciones permiten a la empresa ajustar su plantilla de manera más gradual, mientras que los empleados cercanos a la jubilación pueden beneficiarse de condiciones ventajosas.
Desde un punto de vista actuarial, estos planes no solo ofrecen beneficios fiscales a la empresa, sino que también permiten mitigar el impacto de los despidos masivos.
Otro aspecto relevante es la personalización y flexibilidad del ERE. Los empleados con más de ocho años de antigüedad recibirán primas adicionales por acogerse al ERE, que van desde 3.000 euros para los que tienen menos de nueve años, hasta 15.000 euros para los que llevan más de 12 años en la compañía.
Estas primas, junto con el mantenimiento del seguro médico por hasta dos años, representan incentivos clave para que los empleados opten por la salida voluntaria.
Flexibilidad y personalización en los EREs: una tendencia al alza
La personalización en los procesos de ERE, como hemos visto en el caso de MasOrange, parece estar ganando terreno. Ofrecer paquetes de indemnización ajustados a la antigüedad o flexibilidad en las prejubilaciones no solo permite a la empresa reducir el impacto negativo sobre su reputación, sino que también ayuda a retener talento clave.
Los empleados valoran positivamente cuando una empresa ofrece salidas ajustadas a sus necesidades, lo que puede mejorar la cultura organizacional incluso en momentos de reestructuración.
Desde el punto de vista actuarial, la flexibilidad y la personalización de estos paquetes son esenciales para garantizar que las salidas de empleados sean financieramente viables tanto para la empresa como para los trabajadores. Un enfoque que optimice los costes sin descuidar los incentivos es crucial en un entorno tan competitivo como el de las telecomunicaciones.
Desafíos futuros: el empleo en telecomunicaciones ante un nuevo paradigma
El caso de MasOrange es solo un ejemplo de los cambios estructurales que el sector de telecomunicaciones enfrenta, no solo en España, sino a nivel global. A medida que la tecnología continúa avanzando, muchas funciones que antes requerían intervención humana están siendo automatizadas, lo que plantea grandes desafíos en términos de empleo.
La inteligencia artificial y los avatares digitales prometen cambiar radicalmente la interacción con los clientes, afectando a áreas como el telemarketing, lo que representa un gran riesgo para los trabajadores menos especializados.
El reto para las empresas es encontrar un equilibrio entre la optimización de costes y la retención del talento necesario para seguir siendo competitivas.
En este sentido, los EREs seguirán siendo una herramienta relevante, pero deben gestionarse con un enfoque actuarial que ofrezca soluciones justas para ambas partes.
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El ERE de MasOrange y los recortes en el sector de telecomunicaciones son un reflejo de un proceso más amplio de reestructuración que está afectando a toda la industria. Desde la perspectiva actuarial, es esencial diseñar paquetes de salida que equilibren la flexibilidad y personalización con la viabilidad financiera.
A medida que la tecnología sigue avanzando y el sector se consolida, es probable que veamos más EREs en el futuro, lo que resalta la importancia de un enfoque actuarial robusto para gestionar estos procesos.
Jaume Quibus
The actuary and economist Jaume Quibus holds a master’s degree in Financial Economics and Accounting, a degree in Actuarial and Financial Sciences, a degree in Economic and Business Studies from the University of Barcelona and has completed the Management Development Programme at the IESE Business School of the University of Navarra. He is a full member of the following associations: the Catalan Actuarial Association, the Spanish Actuarial Association, the Catalan Economists Association, the International Actuarial Association, the Catalan Association of Accounting and Management and also a member of the IESE Business School Alumni. He was a founding partner in 1998 of the actuarial company Quibus, and is corporate member number 6 in the Catalan Actuarial Association.