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29/10/2024ING ha optado por una estrategia singular en el mercado español de planes de pensiones: sin una gestora propia, el banco holandés canaliza la gestión de su patrimonio de pensiones a través de socios externos, principalmente Renta 4, y más recientemente con Mapfre para ofrecer productos garantizados.
Esta modalidad de gestión tiene implicaciones actuariales relevantes, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad, solvencia y rentabilidad de los planes de pensiones tanto para los clientes actuales como para los futuros.
Estrategia de delegación de gestión y su impacto en la solvencia actuarial
Desde el punto de vista actuarial, el modelo de ING presenta ventajas y riesgos asociados. La delegación de activos a entidades como Renta 4 permite a ING aprovechar la experiencia y la especialización de una gestora reconocida, lo cual es positivo para la diversificación de activos y, en teoría, podría ofrecer estabilidad en la rentabilidad de los planes.
Sin embargo, este modelo también acarrea riesgos inherentes: ING queda expuesto a las decisiones de gestión externa, y su capacidad para intervenir directamente en situaciones de volatilidad del mercado es limitada.
Desde una perspectiva de solvencia actuarial, esta dependencia podría traducirse en una mayor vulnerabilidad ante eventos económicos que afecten a los gestores externos, lo cual afectaría indirectamente a los planes de pensiones de los clientes.
El reciente acuerdo con Mapfre para lanzar planes de pensiones garantizados es una iniciativa de alto valor para aquellos clientes que buscan seguridad en sus inversiones, un aspecto crítico en entornos de mercado inestables.
Estos productos demandan una gestión cuidadosa de las reservas, ya que los compromisos de rendimiento deben estar respaldados por activos suficientes y adecuados. Si bien los planes garantizados tienen una proyección de estabilidad, el desafío radica en que las bajas tasas de interés actuales complican el cumplimiento de garantías atractivas para el cliente, lo que podría suponer un desafío actuarial en la constitución y mantenimiento de las reservas necesarias para Mapfre en su gestión.
Posibles consecuencias para los clientes actuales y futuros en un modelo sin gestora propia
La ausencia de una gestora propia conlleva, para los clientes actuales, una exposición a la dependencia de terceros en la toma de decisiones de inversión.
Este modelo implica un mayor seguimiento de los riesgos de mercado y una supervisión activa de las gestoras externas para garantizar que se cumplan los objetivos de los planes de pensiones.
Para los futuros pensionistas, esta estructura puede suponer limitaciones en términos de respuesta ante cambios en el mercado o ante nuevas tendencias de inversión, lo que podría afectar tanto la rentabilidad como la sostenibilidad de sus planes en el largo plazo.
La importancia de la consulta actuarial para los participantes en planes de pensiones
Para cualquier persona con un plan de pensiones, contar con la asesoría de un actuario puede ser crucial para asegurar que sus objetivos de jubilación estén bien encaminados y optimizados en función de sus necesidades y capacidad de ahorro.
Un actuario tiene el conocimiento técnico para analizar los riesgos financieros y proyectar el comportamiento de los fondos de pensiones a largo plazo, lo cual permite adaptar las decisiones de inversión a la situación particular del partícipe.
Dada la variedad de planes y la creciente complejidad del entorno de inversión, un actuario puede ayudar a los participantes a comprender cómo factores como la rentabilidad, la volatilidad y los cambios en los límites de aportación pueden afectar su ahorro futuro.
De este modo, la asesoría actuarial no solo proporciona claridad, sino que permite optimizar el dinero destinado a la jubilación, asegurando que cada aportación sea lo más eficaz posible para cumplir los objetivos de pensión del cliente.
En conclusión, el modelo de ING, basado en la gestión externa, presenta tanto fortalezas como retos desde el punto de vista actuarial. Aunque su estrategia de alianzas permite al banco ofrecer una amplia gama de productos y beneficiarse de la especialización de socios como Renta 4 y Mapfre, la dependencia de terceros puede limitar su capacidad de respuesta en tiempos de volatilidad o crisis económica.
Para los clientes actuales, esta estructura parece ofrecer una estabilidad razonable, respaldada por una base de aportaciones recurrentes y un perfil de cliente favorable. Sin embargo, para los futuros pensionistas, el modelo de ING deberá garantizar una supervisión actuarial rigurosa y adaptarse a los cambios en el mercado si pretende sostener su competitividad y solidez en el tiempo.
Jaume Quibus
The actuary and economist Jaume Quibus holds a master’s degree in Financial Economics and Accounting, a degree in Actuarial and Financial Sciences, a degree in Economic and Business Studies from the University of Barcelona and has completed the Management Development Programme at the IESE Business School of the University of Navarra. He is a full member of the following associations: the Catalan Actuarial Association, the Spanish Actuarial Association, the Catalan Economists Association, the International Actuarial Association, the Catalan Association of Accounting and Management and also a member of the IESE Business School Alumni. He was a founding partner in 1998 of the actuarial company Quibus, and is corporate member number 6 in the Catalan Actuarial Association.