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12/02/2025La reforma que flexibiliza el acceso a la jubilación activa, permitiendo compatibilizar salario y pensión con tan solo 15 años cotizados, representa un cambio trascendental en el modelo de Seguridad Social.
A esto se suma el contexto de incertidumbre generado por la caída del decreto ómnibus, que contemplaba medidas clave para aumentar los ingresos del sistema, como la subida del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), el destope de las bases de cotización y la introducción de una cuota solidaria para salarios más altos.
Estos eventos evidencian la necesidad de un análisis actuarial para evaluar los impactos en la sostenibilidad financiera del sistema y la suficiencia de ingresos de los trabajadores, particularmente ante los retos demográficos que enfrenta el país con la jubilación masiva de la generación del baby boom.
La jubilación activa: Sostenibilidad y suficiencia en juego
Desde el punto de vista actuarial, la reducción del requisito de cotización a 15 años amplía el grupo de beneficiarios pero compromete la suficiencia de las pensiones, ya que las bases reguladoras serán proporcionalmente más bajas.
Esta medida, si bien busca incluir a colectivos con trayectorias laborales irregulares, como mujeres y autónomos, podría incrementar la dependencia de ayudas complementarias si no se acompaña de mecanismos para garantizar ingresos adecuados.
Por otro lado, los incentivos para la jubilación demorada, que incluyen bonificaciones o pagos en efectivo, son herramientas actuariales eficaces para equilibrar el sistema. Sin embargo, su diseño debe garantizar que el coste asociado a estos incentivos no supere los beneficios derivados del retraso en el retiro, algo que requiere cálculos actuariales precisos.
La caída del decreto ómnibus: Un golpe a los ingresos del sistema
El fracaso del decreto ómnibus pone en riesgo la recaudación de 5.800 millones de euros proyectados para 2025, una cifra crucial para aliviar la creciente presión sobre el sistema de pensiones.
Las tres medidas principales—el aumento del MEI, el destope de las bases de cotización máximas y la cuota solidaria para salarios altos—estaban diseñadas para incrementar los ingresos y reforzar la sostenibilidad del sistema.
Desde una perspectiva actuarial, la subida del MEI y el destope de las bases generan ingresos inmediatos y sostenidos que permiten financiar las prestaciones sin depender exclusivamente del Fondo de Reserva, cuya capacidad sigue siendo limitada.
Además, la cuota solidaria aplicada a las nóminas más altas se alinea con principios de equidad intergeneracional, al aumentar la aportación de quienes cuentan con mayor capacidad económica.
Sin embargo, la falta de claridad jurídica tras la caída del decreto introduce incertidumbre para empresas y trabajadores, dificultando la planificación financiera a corto plazo.
La Seguridad Social, al enfrentarse a esta situación, debe buscar alternativas que garanticen la viabilidad del sistema, posiblemente mediante un desglose de medidas para su aprobación individual.
Proyecciones actuariales: Impacto de las reformas y los ingresos en el largo plazo
El envejecimiento poblacional y la creciente longevidad exigen una visión actuarial robusta para diseñar un sistema sostenible.
La revalorización de las pensiones, unida a la disminución de los ingresos proyectados tras la caída del decreto, amplifica la brecha financiera. Según cálculos actuariales, la relación entre cotizantes y beneficiarios continuará deteriorándose si no se toman medidas que incentiven la permanencia en el mercado laboral y aumenten las contribuciones.
Un enfoque actuarial permite evaluar el impacto acumulado de los cambios a 20 y 30 años, considerando variables como la inflación, la evolución del empleo y las tasas de rendimiento de los fondos de pensiones.
Por ejemplo, calcular si resulta más eficiente aplicar medidas temporales, como la sobrecotización solidaria, o ajustes permanentes, como el destope total de las bases de cotización.
La importancia del asesoramiento actuarial para los trabajadores
En este contexto de cambios e incertidumbre, los actuarios somos clave para ayudar a los trabajadores a tomar decisiones óptimas sobre su jubilación.
Mediante análisis personalizados, podemos calcular con precisión cuál es la mejor opción entre jubilarse anticipadamente, demorar el retiro o elegir entre bonificaciones y pagos en efectivo.
Por ejemplo, un análisis actuarial puede determinar si un trabajador percibirá más capital acumulado al elegir un cheque inicial o si resulta más ventajoso incrementar la pensión mensual en un porcentaje determinado.
También se evalúan factores como la esperanza de vida, las tasas de inflación y las posibles revalorizaciones futuras de las pensiones. Este enfoque garantiza que las decisiones sean informadas y maximicen el valor de los recursos en el largo plazo.
Conclusión: La sostenibilidad del sistema y el papel de los actuarios
El sistema de pensiones enfrenta un futuro incierto, agravado por la falta de consenso político y los desafíos demográficos. Las reformas recientes, aunque bienintencionadas, solo serán efectivas si se complementan con una estrategia integral que combine sostenibilidad financiera, suficiencia de ingresos y equidad.
En este escenario, el análisis actuarial es indispensable tanto para diseñar políticas públicas como para asesorar a los trabajadores.
Sin un enfoque técnico y riguroso, las decisiones se basarán en estimaciones genéricas que no reflejan las complejidades del sistema ni las necesidades individuales de los beneficiarios.
Los actuarios desempeñamos un rol esencial para ayudar a los trabajadores a tomar decisiones óptimas sobre su jubilación, ya que contamos con las herramientas y conocimientos técnicos necesarios para realizar cálculos precisos y personalizados.
Solo un análisis actuarial puede determinar, con base en factores como la esperanza de vida, el historial de cotizaciones, las tasas de rendimiento y la inflación, cuál es la mejor opción: retrasar la jubilación para maximizar la pensión, optar por el cobro de un cheque al contado o combinar ambas alternativas.
Además, podemos cuantificar con exactitud el capital adicional que se percibiría en cada escenario y su impacto a lo largo de la jubilación, asegurando así que el trabajador tome decisiones que maximicen el valor de sus recursos en el largo plazo.
Sin este enfoque especializado, es difícil evaluar todas las variables que afectan la sostenibilidad y suficiencia de los ingresos en la jubilación.

Jaume Quibus
The actuary and economist Jaume Quibus holds a master’s degree in Financial Economics and Accounting, a degree in Actuarial and Financial Sciences, a degree in Economic and Business Studies from the University of Barcelona and has completed the Management Development Programme at the IESE Business School of the University of Navarra. He is a full member of the following associations: the Catalan Actuarial Association, the Spanish Actuarial Association, the Catalan Economists Association, the International Actuarial Association, the Catalan Association of Accounting and Management and also a member of the IESE Business School Alumni. He was a founding partner in 1998 of the actuarial company Quibus, and is corporate member number 6 in the Catalan Actuarial Association.